Se considerará que el balón no está en juego cuando:


  • haya atravesado completamente la línea de meta o de banda, ya sea por el suelo o por el aire;


  • el juego haya sido detenido por el árbitro;


  • golpee en el techo.


Igualmente, se considerará que el balón no está en juego si toca en un miembro del equipo arbitral, permanece dentro del terreno de juego y, además:


  • un equipo inicia un ataque directo, o


  • el balón entra directamente en la portería, o


  • el equipo en posesión del balón cambia.


En estos tres casos, en los que la pelota toca en uno de los árbitros, el juego se reanudará con un balón a tierra.